14/2/10

Recordando nuestro encuentro

Él regresaba en el autobús con el sabor de su saliva aún en los labios. Miraba por la ventana las calles iluminadas, los jardines de los parques de esa gran vía, mientras sonaba, justo, una afligida canción de Michael Bublé; Home, que cierta vez ella le dedicó. Él intentaba bloquear sus pensamientos, mantener la mente en vacío y sus sueños rotos en un limbo. Un guiño de ella era su última imagen. El olor agridulce del perfume era el rezago de su aroma. Su voz ronca la resaca de sus palabras. Una gota grande y gruesa cayó sobre sus zapatillas. No estaba lloviendo dentro del autobús.

Primera cita:

Ella estaba con una larga polera blanca pero ceñida, unos pantalones ajustados negros y unas botas altas de cuero. Su pelo suelto y su cerquillo infinito estaban perfectamente desordenados como siempre. Apenas él la encontró, la abrazó con fuerza y ella solo le palmoteó suavemente la espalda. Él le ofreció ir por unas cervezas al grifo cercano, de las que ella solo tomó una. Ella fumó un cigarro y él diez.

Segunda cita:

Ella estaba con un polo verde, unos jeans rotos y sus clásicas zapatillas All Star' rojas. Él apenas la vio, corrió y la abrazó inmensamente. Venía en bicicleta. Ella le respondió con un beso suave en la mejilla. Él quería perderse por ese gran distrito y tener un almuerzo que termine en una cena. Ella no tenía tiempo. Solo podía estar un par de horas con él. Finalmente, fueron a un lugar que no era cualquier sitio. Era donde se conocieron. Se sentaron. Él tomó mucho vino y ella solo un poco de agua. Él comió pastas y ella no tenía apetito.

Él le quería tomar un par de fotos y ellas las evitaba. Él le robó una sonrisa en una sola fotografía, era bueno. Él pagó la cuenta y ella propuso caminar. Él no la tocaba y ella lo tomaba del brazo cada vez que cruzaban una calle. Él ya no sabía a dónde más ir y ella le invitó un helado. En la cola de la caja, ella se apoyó en su pecho. Él la tomó de los hombros y la abrazó con fuerza. Ella cerró los ojos y anheló.

Ella hizo una mueca y él le sonrío. Ella camino rápido y él la cargó. Cuando se despidieron, él la abrazo con fuerza y ella aún con más fuerza. Ella le quiso indicar un lugar que le gustaba mucho y él se burló apuntando en dirección contraria. Ella se fue en bus y él en su bicicleta.

Tercera cita:

Ella estaba absolutamente bonita. Su cabello estaba más lacio que nunca. Sus ojos con un ligero delineador negro. Una chompa de hilo rosa, un pantalón marrón ajustado y una cartera marrón pequeña como ella. Él se puso feliz al verla y la abrazó suavemente. Ella posó su cabeza sobre su hombro por un instante largo. Ella se sonrojó cuando él le dijo que estaba hermosa. Ella le propuso ir al cine y él le dijo para después ir a tomar unas cervezas. Él le enseñó sus fotos de su cámara, mientras ella pasaba su mentón en sus manos. Él le acarició la cabeza. Ella lo miró y pestañeó muy lento.

Él le propuso ser novios. Ella le dijo que eso no se preguntaba. Él se puso triste y ella lo besó apaciblemente en la boca. Ambos se fueron de la mano al cine. Luego de sentarse en las butacas y que apagaran la luz, ambos se besaron con ímpetu y pasión. Ambos se abrazaron. Ambos lloraron. Él le dijo que la extrañaba. Ella le confesó que se arrepintió en dejarlo. Él le dijo que aún la quería y ella que todavía lo amaba.

Ella dijo que no debían despedirse. Él la dejó ir en un taxi. Ella lloró en silencio en el asiento trasero. Él se tragó su llanto en el asiento de un autobús.

Escrito por: Duende Irlandés.