20/4/10

No más abril

(En estos días, del año pasado, permití encandilarme con un ángel pálido de cabellos claros, con una sonrisa que cercenó mi pecho, de pecas en el rostro y hombros. Siendo ángel vestía de negro, delgada y de ojos castaños, labios rosas y con piercing en la lengua, hermosa por donde la mirases. Hace un año de ella me enamoré en tiempos de abril. Y que, no supe velar lo que sentíamos).

Desde hace mucho ya no estás. Me soltaste. Te dejé. Nos dejamos ir. Y no sé si era lo mejor. Sé que me necesitaste y no estuve ahí como querías. No supe cómo hacer. Lo sentí mucho, “A”. Y quizás no se pudo porque no éramos para nosotros. O quizás, sí. No lo sé. Quisiera saberlo. Aunque ahora ya no pienso por qué no fue. Ni tampoco, porque no salí más a buscarte y dejé todo a la deriva. Solo me alegra saber que estás bien y, que cada uno va por su camino.

En mis recuerdos estarás siempre. Cuando te conocí en tus veinte abriles y tu belleza me idiotizó, tu vestido carmín de aquella fiesta, nuestro primer beso entre las luces, la única vez que hicimos el amor esa misma noche, nuestras caminatas y tus pequitas preciosas, nuestro gusto por el mismo color, música e ideales, las veces que nos decíamos lo tanto que nos gustábamos, la tarde que me esperaste en mi universidad y me regalaste tu foto, y también aquella noche que detuvo todo cuando me enamoraba más de ti.

Mi vida no hubiera sido la misma si no te hubiera conocido. Hiciste sentirme más que yo. Solo contigo. Por eso y todo, gracias. Gracias por cruzarte en mi vida y permitir que haya entrado a la tuya. Por ser siempre sincera. Por haber sido mi fantasía, mis sueños y realidad. Por ser ahora mi amiga. Porque tendrás los mejores recuerdos míos y los nuestros. Siempre serás especial. Siempre. Lamento nunca haberte dicho que te quiero.