5/2/09

¿Con promiso o sin promiso?

La primera vez que la vi, me pareció terriblemente hermosa. Fue en una reunión de una amiga que vive a cuadras de mi casa. Nos presentaron e intercambiamos miradas. No pensé que le podía parecer. Cruzamos pocas palabras. No le pedí su número. Al termino de la reunión sabía que había (habíamos) perdido.

Fue después de dos meses cuando me sorprendió. Era mi celular que me avisaba por un sms. Era ella, Viviana. Ni idea de a quién le había pedido mi número. En el texto me preguntaba qué planes tenía para el fin de semana. Luego de leerlo, la llamé y quedamos para salir el sábado que venía. Para ese entonces había terminado una relación corta hace cuatro meses.

El día de la cita fui a recogerla. Antes de que llegara a su casa, me estaba esperando en su puerta con una sonrisa radiante. Insólitamente no hubo el beso correspondiente de saludo y salimos de su calle. Fuimos a Miraflores. Encontramos un lugar ideal donde platicar y tomar cerveza.

Verla, era perderme en su mirada. Cada gesto encantador que hacía, me atraía más. Me gustó desde que la conocí y, ahora estaba cerca de mí. Me prendía un cigarro y lo terminaba en un instante. Tenía ganas de besarla. No sabía si decirle. Pensé que rebotaría. Nunca se lo había pedido a ninguna chica.

Nos mostrábamos tal como aparentábamos. Sin caretas. El tema de conversación estaba en su mejor momento y la estábamos pasando genial. El beso que rondaba dentro de mí, aún no llegaba.

En un momento, que todavía recuerdo, sentí que era el instante. Me acerqué y ella también. Fue suave, quizás el más tierno de todos. Fue ese beso el indicador que nos llevó a tratar sobre lo que se tenía que hacer ahora, en adelante. Conocernos más o dejarlo ahí.

Me hizo recordar a D, que después de besarnos al salir de la reunión por la despedida de una amiga, nos sentamos en la vereda a tratar qué es lo que pasaría. Luego de dos semanas decidimos ser enamorados.

Con Viviana, aún mantengo una gran amistad que simboliza el cariño que nos tenemos después de lo hecho luego de nuestro primer contacto. Las salidas constantes que tuvimos y el afán que no fue sólo un agarre, es sinónimo que ambos no lo hicimos por hacer.

Y, es que, ¿cuándo uno debe de decidir si lo que se hace es sólo por el momento o seguir para ver qué pasará? ¿Será algo más que sexo lo que hicimos o sólo es un choque y fuga? ¿Qué compromiso me llevará después de hacer algo? No sólo es cuestión de decidir después de haberlo hecho sino preguntarse por qué se hizo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

clarooo pues cabrito yaya. si linda tu flaca pues tio ya en que andaras pero uno no sabe lo q pasara luegop

Anónimo dijo...

no se q cosas podrian pasar luego pero dpnd como haya sifdo no